Hace unos días que
me pregunto si las redes sociales, además de compartir
conocimiento son capaces de transmitir emociones entre sus usuarios. El post del
doctor Casado: La soledad como problema de salud pública y su reflexión sobre si “las
redes sociales pueden aportar algún valor a la salud de los pacientes” me ha llevado hoy a hacer esta
entrada en mi blog.
Se ha escrito mucho sobre las aportaciones que pueden hacer las redes sociales en la autogestión de los cuidados en salud, pero pienso que el aspecto emocional no ha sido suficientemente abordado, es decir, se ha debatido sobre los aspectos cuantitativos de este tipo de relaciones y sus beneficios, pero poco se ha dicho sobre el aspecto cualitativo y su influencia sobre el paciente.
En concreto, me refiero al nicho de relaciones que el ser humano entreteje a lo largo de su vida para hacer frente al dolor, a la adversidad, a la dicha, a la felicidad… y que no pueden ser plasmados en las redes sociales. Esos espejos sociales que nos permiten reconocernos en los otros, compartiendo nuestra intimidad y dejando aflorar nuestra vulnerabilidad, creandos vínculos emocionales que actúan contra la soledad, el aislamiento social, el desamparo y la desesperanza.
En concreto, me refiero al nicho de relaciones que el ser humano entreteje a lo largo de su vida para hacer frente al dolor, a la adversidad, a la dicha, a la felicidad… y que no pueden ser plasmados en las redes sociales. Esos espejos sociales que nos permiten reconocernos en los otros, compartiendo nuestra intimidad y dejando aflorar nuestra vulnerabilidad, creandos vínculos emocionales que actúan contra la soledad, el aislamiento social, el desamparo y la desesperanza.
Ricardo Devis habla de Redes Sociales
Emocionales o Redes Sociales Reactivas (Responsive Social
Networks), que son capaces de adecuarse a los estados de ánimo de sus usuarios, más
allá de la interacción entre estos. El resultado es que en las comunidades on-line de
enfermos crónicos o con enfermedades graves, se da más crédito a las
experiencias directas de contenido emocional, que a las informaciones
científicas y más precisas de los entornos sanitarios profesionalizados.
Como consecuencia de esta idea, las redes deberían poder ajustar sus contenidos en razón del estado de ánimo en
que se encuentre el usuario y mostrarle preferentemente perfiles de personas dispuestas a ayudarle (cuidadores profesionales y voluntarios), así como testimonios de otros usuarios que luchan por superar la misma enfermedad, creando redes de salud 2.0 en las que puedan
expresarse emociones, y cada expresión de un estado emocional concreto, suponga un beneficio para el paciente.
Aunque parezca un objetivo dificil de conseguir, no estamos tan lejos de alcanzarlo, de hecho, ya se
ha creado una plataforma web innovadora en esta linea. La web Emotions Mirror, es capaz de permitir al
usuario que exprese sus emociones libremente y en perfecto anonimato, con seguridad y
privacidad, y ademas, dotada de una función que analiza las
emociones, y hace un seguimiento individual para poder apoyar y fortalecer las
relaciones sociales. Webs como Emotions Mirror resultarán ser no sólo
emocionales, sino que aportaran un valor cualitativo incalculable en las relaciones entre pacientes.
Numerosos estudios avalan la hipótesis sobre la importancia de las relaciones sociales en el abordaje de los problemas de salud, uno de los muchos ejemplos que conocemos es el estudio LACE (Life After Cancer Epidemiology) realizado en supervivientes de cáncer de mama, y publicado en Breast Cancer Research and Treatment, cuyos resultados refuerzan las conclusiones a las que hace referencia el doctor Casado, considerando que hay otros factores, no médicos,
implicados en la supervivencia a largo plazo de las pacientes con cáncer de
mama.
El mensaje es claro: siempre es conveniente no aislarse de las relaciones sociales y, sobre todo, que estas sean de calidad.
El mensaje es claro: siempre es conveniente no aislarse de las relaciones sociales y, sobre todo, que estas sean de calidad.
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